martes, 3 de diciembre de 2024

España y el oro negro.

El recuerdo de los que vivieron lo ocurrido el 6 de junio de 1964 en Sargentes de Lora, permanecerá imborrable en su memoria, pues sin duda, fue el día más celebrado en la localidad burgalesa y su entorno.
Aunque los rumores ya corrían unos minutos antes por los mentideros de la villa, la información se iba confirmando progresivamente, al igual que se encendían los ánimos de los residentes en la zona. A escasos kilómetros, en Ayoluengo, el petróleo comenzaba a manar de una de las catas. El júbilo estalló cuando vieron aquella botella de vino tinto que a día de hoy todavía se expone en el pueblo con gran orgullo. 


La primera muestra de petróleo 


Fernando Manjón fue el encargado de recoger aquellas primeras gotas de lo que intuía iba a ser una lluvia de oportunidades y dinero. Tras décadas de pruebas y catas, el petróleo emergía de las entrañas de la tierra.
Sin dilación, los periodistas comenzaron a llegar y al día siguiente el hallazgo iba a estar en todas las portadas de la época. 


Medios de la época 


Y es que la noticia no era baladí, de hecho, era trascendental, pues podría suponer un espaldarazo al régimen de Franco, que carecía de fuentes propias de producción de petróleo y gas, lo cual generaba un déficit energético difícil de solventar sin depender de otros países. 
El proyecto, que desde inicios del siglo XX se había afanado en sondear todas las superficies de la zona con resultados infructuosos, parecía ver la luz al final del túnel. Tras más de 100 sondeos sin encontrar nada relevante, el espejismo parecía convertirse en realidad. 
La localización de la bolsa de petróleo, no fue casual ni azarosa, sino que fue de gran ayuda las fotos tomadas desde aviones norteamericanos, que colaboraron con el régimen para delimitar las zonas a sondear. 
Por orden expresa del dictador, las noticias llegadas desde Burgos deberían ser retransmitidas obligatoriamente por el NODO y otras agencias propagandísticas. 
En los siguientes meses, contratistas de todos los países, comenzaron a desplegarse en Sargentes y en toda la comarca de Lora. En especial destacaron los expertos llegados desde Francia (con experiencia en Argelia) y por supuesto los norteamericano, padres de las técnicas de extracción. El triángulo entre Sargentes, Ayoluengo y Valdeajo, pronto comenzó a ser visto como una oportunidad para los grandes negocios que allí iban a tener lugar.
El paisaje tranquilo de la zona, pronto empezó a cambiar drásticamente. Algunos campos de labriegos fueron alquilados a las empresas, y el estilo de vida casi estrictamente primario de los habitantes tornó hacía una dedicación casi absoluta al mundo industrial. 
Las plataformas de extracción y los típicos "caballitos" más propios del territorio tejano, ahora comenzaban a brotar como champiñones en las tierras burgalesas. 


Estación de perforación

A principios de 1967, las plataformas comenzaban a funcionar de una manera oficial. La encargada de la explotación durante las primeras décadas fue Amospain, una filial de la compañía extranjera Texaco y otras empresas especializadas en petróleo. 


Fuente: 50 años del petróleo de Sargentes


Como podemos observar en la imagen, no fueron pocos los periodistas que alabaron el descubrimiento, firmando reportajes especiales sobre el acontecimiento. En este caso se trataba de Jesús Hermida, influyente periodista de las décadas venideras. 
Pero, las expectativas pronto se demostraron erróneas, no en tanto a la cantidad, sino en todo el espectro de calidad. El petróleo burgalés era más bien mediocre, y algunas refinerías comenzaron a tener averías provocadas por la mala composición del crudo. 
En definitiva, el sueño de ver coches, camiones y otros medios propulsados por el producto español se tornó en pesadilla, puesto que tan solo era válido para su uso en calderas industriales, que tuvieran mecanismos menos "delicados". 
Aún así, la extracción petrolífera continuó durante varias décadas, pasando casi o totalmente desapercibida para el conocimiento general. 


Caballito en Sargentes de Lora


En la década de los 80, la sucesión de empresas que querían hacerse cargo del aprovechamiento industrial comenzó, y algunos de los pozos comenzaron a cerrar debido a sus elevados costes. En definitiva, ya no era rentable extraer el crudo, por lo tanto, la actividad se contrajo. A pesar de las contrariedades, el intento de reactivar la producción no cesó, incluso con la construcción de un oleoducto que comunicaba los campos de caballitos con la refinería vizcaína de Somorrostro.
Con la llegada del siglo XXI, y tras el cierre del canal de crudo, los intentos por resucitar la actividad se vieron seriamente comprometidos. La escasa viabilidad económica, el plan de descarbonización y el aumento de las energías verdes, acabaron con lo poco que quedaba en 2017. 


Todas las estructuras fueron parcialmente abandonadas


Pero para la comarca no todo estaba perdido, y en un intento de aprovechamiento, se comienza un plan de mantenimiento de los pozos con fines turísticos, y casi podríamos decir, paisajísticos. El culmen del proyecto llega en 2017, cuando se inaugura oficialmente el Museo del Petróleo en Sargentes de Lora. Dicho espacio, trata de explicar la sucesión de acontecimientos que el hallazgo provocó en la zona, y las herramientas originales relacionadas con la industria que allí se instaló. Piezas como la botella en la que se almacenó la primera evidencia del oro negro, cuelgan de las paredes con orgullo. 


Cabezas perforadoras expuestas


La exposición permanente, que cuenta con una zona exterior y otra interior, recibe numerosos visitantes interesados en conocer esta faceta tan poco conocida tanto en Burgos como en el resto de España. Como curiosidad, aún es posible obtener un pequeño recipiente que contiene el oro negro de la zona en la tienda de souvenirs. 
En los campos de la comarca, todavía son visibles y parcialmente visitables las las plataformas de perforación que allí quedaron. Además, estas gozan de protección BIC (Bien de Interés Cultural), ya que la última adjudicataria (Sedano) comenzó a derribarlas saltándose los protocolos y permisos existentes. 
Como es de imaginar, el turismo no ha ocupado el hueco económico dejado por el petróleo, pero es una lucha clara de la "España despoblada", que sigue en su empeño de fijar población en sus localidades para perpetuar su futuro. 
Además, en las cercanías de las plataformas de extracción, podemos observar la construcción de aerogeneradores eólicos, que tratan de sustituir el consumo de energías fósiles. Con una mirada, podemos observar la energía pasada y presente. 


Pasado y presente de la energía


Tal vez estemos en la lucha más importante de nuestras vidas. Al igual que las antiguas zonas petrolíferas pelean por no extinguirse, la humanidad debería atajar los problemas que ella misma ha creado. La imagen del molino eólico sobre el caballo petrolero podría ser interpretada como esperanzadora, aunque el trasfondo se oculte a simple vista. Las aspas de los aerogeneradores son auténticas picadoras de carne, que matan cientos de miles de aves al año. Si no salvamos a todos los integrantes del planeta, ¿merece la pena salvar el planeta? ¿o vamos a priorizar las especies a rescatar? Posiblemente el ser humano seleccione arbitrariamente que especies lo acompañan en un futuro a medio plazo, si es que lo hay. 

 
 

 

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