Inconcebible e inadmisible es pretender mostrar este mágnifico país en una sola entrada de un humilde blog. Miles de páginas podrían llenarse con la cultura y el patrimonio que campa a sus anchas por todo el territorio egipcio. Partiendo de esta premisa, relataré lo que habitualmente se ve en los circuitos turísticos básicos, puesto que para conocer el país entero, harían falta varias vidas.
La mejor opción es viajar en avión, con un simple pasaporte y un pequeño visado que puedes rellenar en el aeropuerto o en el mismo avión, accederemos a uno de los destinos turísticos antaño más visitados. Debido a la inestabilidad de la zona, a las revueltas provocadas por la primavera árabe y a los atentados de grupos fanático-religiosos, el turismo ha descendido a marchas forzadas en los últimos años hasta quedar en un porcentaje residual. Hace no muchos años era frecuente volar hacia el Cairo rodeado de "blancos" turistas en viaje de novios o por simple destino vacacional, pero hace mucho que los europeos eligen otros países más seguros. En cuanto a esta situación, mi opinión es que Egipto es uno de los destinos más seguros que existen contando con las dificultades que atraviesa el país.
En Egipto, las medidas de seguridad para el extranjero son extremas: controles en aeropuertos y estaciones, controles de carretera, miles de policias, militares y policía turística garantizan una seguridad que probablemente no encontremos en otros destinos europeos.
En mi opinión, la posibilidad de sufrir un atentado o cualquier incidente es más alta en París o Londres teniendo en cuenta las dimensiones del país y el número de habitantes.
Dejando al margen estas cuestiones, comenzaré con lo más conocido, y probablemente más impresionante que os encontréis en Egipto: la meseta de Giza.
Todo el mundo, en mayor o menor medida, se siente atraído por las pirámides. Su silueta, rompiendo el horizonte, es conocida por cualquier persona con un mínimo de interés por la vida de este basto mundo, pero ni en vuestros mejores sueños podéis imaginar su tamaño real. Por mucho que al verlas en documentales o fotografías tratemos de intuir sus dimensiones, no lo conseguiremos. Cuando estás en la explanada con los tres colosos ante ti, y la Esfinge, siempre majestuosa, vigilándolos, comenzaremos a darnos cuenta de su envergadura real.
Vista aérea |
La zona de Giza es uno de los lugares más visitados.
Pirámide de Kefrén |
No debemos olvidar que en Giza no solo están las tres pirámides (Keops, Kefrén y Micerinos) y la Esfinge, es un conjunto funerario que alberga pequeños templos pre-funerarios, pirámides más pequeñas alrededor de las de mayor tamaño y un detalle muy llamativo: un barco de madera rescatado y reconstruido del interior de una pirámide alojado en un edificio propio.
Barca encontrada en la pirámide de Keops |
Quiero hacer una mención especial a la Esfinge. A día de hoy se desconoce su historia. Los egiptólogos no se ponen de acuerdo a la hora de datarla, ni su forma original, ni saben como ha podido resistir tantos milenios pese a su delicada situación. Parece mentira que una "piedra" pueda hablar, pero es que la Esfinge cautiva a cualquiera que la visite. Desde su posición privilegiada en la llanura parece que tiene vida propia y vaya a levantarse en cualquier momento.
Otra de las grandes experiencias es penetrar en el interior de una de las pirámides. Normalmente tienen abiertas una o dos. Si podéis elegir yo entraría en la de Keops que es la más grande y con mejores detalles. Si padecéis claustrofobia tomároslo con calma, la angustia merece la pena.
Para los que viajan a Egipto por primera vez, yo les aconsejaría que cojan el paquete básico y alguna excursión alternativa, pero cuidado con las compañías y agencias, siempre te venden los viajes alternativos a precios desorbitados. Comprendo que no es de buen gusto para todo el mundo meterse en mitad del desierto en solitario, pero viajes como al espectáculo nocturno de las pirámides, el zoco, el Museo de El Cairo y otros destinos, os pueden salir muy económicos y sin correr riesgos innecesarios. Cuidado también con las comidas y cenas que oferten los operadores. El precio de la libra egipcia es extremadamente bajo, lo que vais a comer por diez euros, que es lo que os pida el agente, lo podéis hacer por menos de dos.
Espectáculo nocturno |
Otro consejo, cuidado con los vendedores. Muchos actúan de buena fé y te montan el "teatro" para que compres su mercancía, pero algunos se pueden pasar de la raya, sobretodo con las mujeres si van solas. No están mal vistos los gestos bruscos y las palabras gruesas si te sientes acorralado. Intentad responder con educación, pero enseguida notaréis quién lo entiende y quién no.
Respecto al idioma, los egipcios han sabido adaptarse al negocio turístico, con el español acompañado por gestos llegaréis a cualquier lado, aunque es recomendable saber algo de inglés o francés.
Para acabar con las recomendaciones: ¡cuidado con el agua! En muchos lugares te la pueden vender desprecintada o ser un agua de mala calidad no recomendada para el occidental medio. Si tenéis la desgracia de sufrir el mal de Tutankamon (vivir en el baño) pasaréis un viaje no tan agradable. Es muy recomendable adquirir agua de sobra en los hoteles o los barcos que recorren el Nilo antes de fiarse de otras fuentes dudosas. Recomiendo agua embotellada incluso para lavarse los dientes o la cara.
Además de estas recomendaciones lo primero es usar el sentido común. Proveerse de guías, crema para el sol, ropa adecuada, etc. A 50º nuestra piel y nuestro cuerpo pueden sufrir severas reacciones.
No quiero desanimar a nadie, al revés, quiero evitar que un viaje placentero se convierta en una pesadilla que enturbie la experiencia.
Para los amantes de la vida nocturna El Cairo ofrece muchísimas posibilidades. Desde tomar té en la calle, hasta fumarse una shisha en un bar son las posibilidades más explotadas por los turistas. Además, el horario de muchos comercios y zocos se prolonga hasta altas horas de la madrugada.
Es recomendable moverse en taxi, dada la extensión de la capital. Os encontraréis atascos con cientos de escenas surrealistas en vuestro viaje. Las normas de tráfico son igual de estrictas que en occidente, pero nadie las cumple, los pitidos son constantes y los volantazos están a la orden del día. A pesar del caos, los conductores están acostumbrados y no le dan mayor importancia. El estado de los vehículos turísticos es bueno, pero el resto de la flota está anticuada y os podéis encontrar verdaderas maravillas de la antiguedad faraónica sobre ruedas.
El Cairo no duerme |
En El Cairo se pueden ver los diferentes niveles de vida de las personas que van desde la pobreza absoluta hasta el lujo casi insultante. Basta con mirar las fachadas de las casas para darse cuenta de esta incipiente desigualdad.
En la actualidad, se está construyendo en distrito de Giza un megamuseo para albergar las ingentes cantidades de estatuas, sarcófagos y demás piezas que tienen guardadas en los almacenes del Museo de El Cairo que se ha quedado obsoleto y pequeño ante tal cantidad de piezas. Mientras este nuevo museo no entre en servicio, es parada obligatoria visitar el museo de la plaza Tahrir, donde se encuentran verdaderas maravillas. La gran cantidad de piezas ha creado una masificación que impide disfrutarlas como es debido, pero aun así, es obligatorio perderse entre las salas y pasillos para hacerse una idea de la gran cultura faraónica.
Vida nocturna en El Cairo |
He de recalcar, que el destruccionismo y egocentrismo colonial, ha conseguido que las piezas egipcias de más valor se encuentren en museos europeos como el de Londres y París.
El museo se divide en varias zonas. Casi un tercio del museo está dedicado a Tutankamon, otra parte a las momías que han conseguido ser rescatadas y el resto a diversos periodos faraónicos (sarcofagos, ataúdes, figuras y estatuas de diverso tamaño).
Agunas zonas parecen más un almacén que un museo |
Aunque el museo es algo caótico y obsoleto, es digno de ver. En cualquier ciudad, una sola pieza del museo crearía largas colas, pero en el Museo de El Cairo piezas de incalculable valor pasan completamente desapercibidas.
La entrada al museo es muy adsequible para lo que allí hay. También podéis sacar otra entrada que os permite hacer fotos dentro del museo, exceptuando las fotos a la máscara de Tutankamon y la sala de las momias. Si estáis un poco avispados, aunque sean zonas protegidas, no será dificil convencer a algún guardia para que haga la vista gorda y llevaros un grato recuerdo fotográfico.
Momia perfectamente conservada |
¡Conseguida! |
En el museo podéis perderos todo el tiempo que queráis, para verlo bien haría falta un mes, y para ver el país entero, una vida... o más.
Otra parada obligatoria se encuentra en el entorno del museo, la plaza Tahrir, que es el centro neurálgico de El Cairo, y por unos meses, se convirtió en el epicentro de las protestas que acabaron por derrocar al mandatario egipcio por parte de la ciudadanía, dando lugar al inicio de la "primavera árabe" que se extendió por otros países reclamando libertad.
Plaza Tahrir |
Nos alejamos de la capital para conocer el Egipto más auténtico. Si optáis como la mayoría de viajeros en tomar un vuelo, en apenas una hora habréis llegado a vuestro destino: Aswan.
Aswan es una localidad conocida por su gran presa, que regula el río Nilo y evita las antaño necesarias inundaciones para los campos de cultivo. La presa, de proporciones gigantescas, abastece de energía hidroeléctrica a gran parte del país. Semejante construcción fue obra de un conglomerado de países que aportaron dinero y recursos para su construcción. Uno de los países colaboradores fue España, y en agradecimiento, el gobierno egipcio le regalo el templo de Debot situado a día de hoy en Madrid.
Generadores en la presa de Aswan |
No sólo se levantó la gran presa, sino que hubo que elevar el famoso templo de Abu Simbel, puesto que el recién nacido lago Nasser hubiera anegado el templo en su totalidad.
Elevar un templo con milenios de antiguedad no tuvo que ser una labor sencilla, pero el resultado fue inmejorable. Piedra a piedra, obreros e ingenieros, fueron trasladando el colosal templo a una zona más elevada.
Lago Nasser |
La visita a este templo suele ser opcional, el templo está situado bastante lejos de Aswan y hay que coger un pequeño avión para llegar hasta él.
Obelisco inacabado |
Tras esta breve pero instructiva visita, normalmente el grueso de turistas se dirigen hacía otra de las maravillas de Egipto: el río Nilo.
Con sus casi 7000 kilómetros, atraviesa Egipto de Sur a Norte haciendo brotar la vida allá por donde pasa. Desde el inicio de los tiempos, el Nilo ha sido el eje vertebrador de todas las civilizaciones que han habitado esas estériles tierras y se han adaptado a él. Antaño, con sus crecidas, se aprovechaban del arrastre de sedimentos para cultivar las tierras cargadas de nutrientes. Ha servido para dar de beber a un país en un clima hostil, y hoy en día sigue siendo utilizado para el transporte y para el turismo, que es uno de los motores de la economía egipcia.
Para los amantes de la fotografía el Nilo ofrece una gran cantidad de paisajes y retratos costumbristas que obligan a mirar continuamente en todas direcciones en busca de la fotografía soñada.
Los cruceros turísticos han disminuido notablemente en número debido a la crisis anteriormente mencionada, lo que deja al Nilo más despejado para observar el duro día a día de los ribereños. Muchos trabajan las tierras circundantes al Nilo mientras otros se desplazan por él como buenamente pueden.
Durante el trayecto en barco, que suele durar entre tres y cuatro días, se pueden observar multitud de mezquitas, pueblos y templos. Uno de los más conocidos y de visita obligada es el templo de Kom Ombo construido por la dinastía Ptolemaica. Este conjunto está dedicado al cocodrilo, uno de los símbolos de poder de la época.
Kom Ombo desde el barco |
El río, el entorno, las puestas de sol, etc. proporcionan al visitante emociones increibles a la vez que le transmiten calma y tranquilidad.
Atardecer en el Nilo |
Descendiendo el Nilo lentamente, conoceremos ciudades como Edfú, donde hay un enorme templo dedicado a Horus y Apolo. Evidentemente, en este templo ya se nota la influencia del imperio grecorromano. Es uno de los templos más grandes de Egipto descubiertos hasta la fecha (quedan muchos misterios bajo cantidades ingentes de arena). La visita se realiza desde el embarcadero, tras un breve paseo que atraviesa la ciudad. Normalmente el trayecto se realiza en carros tirados por caballos.
Como en todos los lugares relevantes, encontraréis decenas de comerciantes de souvenirs ofertando todo tipo de productos. Si no queréis una avalancha de vendedores sobre vuestros cuerpos, procurad no mostrar mucho interés y no mantener demasiado contacto visual con los productos. Si realmente estáis interesados en algún producto los vendedores os agasajaran hasta la médula para que os lo llevéis, aunque sea por menos de la mitad del precio marcado.
Fachada del templo de Edfu |
Parte del interior |
La publicidad occidental contrasta con las costumbres locales |
A lo largo del Nilo, varias presas más discretas que la gran presa de Aswan marcan el cauce, elevando o disminuyendo el nivel de las aguas. A pesar de que puede parecer un país subdesarrollado en algunos aspectos, los alardes de ingenieria abundan. Uno de ellos es la esclusa de Esna. El funcionamiento es sencillo a la vez que ingenioso. Un sistema de compuertas vacían y llenan un compartimento donde los barcos suben o bajan varios metros en función de su dirección. Un buen sitio para disfrutar de este pequeño milagro humano es la cubierta del propio barco.
El "cajón" se llena o vacía en función de las necesidades |
La otra forma, menos peligrosa y más tradicional, es apostarse en los alrededores del barco cuando está parado en la esclusa de Esna. Una vez situados en el flanco del barco arrojan con fuerza su mercancía a la cubierta del barco, con la intención de que puedas ver y tocar la mercancía y el dinero haga el viaje inverso.
En ambas técnicas, el ingenio con el que se desenvuelven es asombroso.
Una vez que pasemos la esclusa de Esna, nuestro viaje fluvial terminará, pero termina por todo lo alto. La monumental Luxor nos espera unos kilómetros más abajo.
En el pasado lejano de Egipto, esta zona fue vital, pues conformaba buena parte del imperio. Como siempre, todas las estructuras que se conservan están en las orillas o a escasos kilómetros del Nilo.
Luxor |
La ciudad cuenta con aeropuerto propio, todos los servicios y muchos conjuntos arquitectónicos dignos de mención.
El templo de Karnak, fue uno de los templos más importantes del antiguo Egipto porque era un centro importantísimo de religiosidad. Sus tremendos patios rodeados de columnas de proporciones inimaginables, sus obeliscos, sus pequeños detalles... lo hacen casi único.
Entrada al templo |
Las salas de columnas, inmensas, no dejan indiferente a nadie.
En la época faraónica, el Nilo no estaba regulado, y en algunas ocasiones las aguas desbocadas del río anegaban el templo. Para los sacerdotes del Faraón no era una tragedia, sino una bendición, cuanto más abundante era la riada, más abundante era la cosecha.
Tal vez, aplicaron ese dicho a la hora de construir el templo, cuanto más grande y más alto, mejor... y lo consiguieron.
En uno de los laterales del templo, está ubicada una figura tallada en piedra con forma de escarabajo. El escarabajo es símbolo de suerte y fortuna en el antiguo y el contemporáneo Egipto. Seas de fuera o del lugar, tu deber es rodear varias veces el escarabajo para conseguir tus propósitos en la vida.
No pretendo extenderme más sobre este templo, al igual que el resto, lo mejor es visitarlo y vivir la experiencia en primera persona.
Continuamos desde este templo o conjunto de templos hacia la orilla derecha del Nilo, en ese emplazamiento nos encontramos con un templo casi gemelo al de Karnak: el templo de Luxor.
En la antiguedad ambos templos estaban unidos por un camino con cientos de esfinges situadas a ambos lados en perfecta alineación. Hoy en día, apenas queda una centena de estos enigmáticos animales tallados en piedra, aunque el gobierno está tratando de restaurar el antiguo camino demoliendo casas para construir de nuevo la avenida original.
El templo de Luxor no tiene nada que envidiar al cercano templo de Karnak, de hecho, algunas zonas parecen calcadas.
Fachada del templo de Luxor |
Efigie del faraón recuperada |
Patio de columnas |
Una de las curiosidades del templo de Luxor es que alberga una estatua que representa a Tutankamon y su joven mujer.
Otro detalle importante es una capilla que se encuentra al final del templo dedicada a Carlomagno. El conquistador quedó tan enamorado del complejo que erigió un pequeño santuario en su honor.
Detalle de la capilla |
Vista general desde la parte trasera del complejo |
Dejando a un lado los monumentos, una de las cosas más espectaculares son los atardeceres en Egipto.
Aunque caiga el sol, no tiene por qué acabarse el día. Los barcos turísticos ofrecen espectáculos basados en las tradiciones ancestrales.
Cabe destacar la danza del vientre y la Tanoura (baile que consiste en dar cientos de giro haciendo formas con velos y otros objetos).
Tanoura |
Tomando de punto de partida la ciudad de Luxor, podemos coger autobuses y barcos que cruzan transversalmente el Nilo para explorar la orilla opuesta. En ella nuestra primera parada obligatoria es en los colosos de Memnon.
Estas gigantescas estatuas representan al Faraón Amenhotep, y aunque su estado es frágil, dan muestra del poder que ejercía el Faraón y los medios de los que disponía.
Colosos de Memnon |
Parecen dos hiladas de estatuas en medio de ninguna parte, pero lo cierto es que simulan dar la bienvenida a uno de los sitios más conocidos de Egipto: el Valle de los Reyes.
El Valle de los Reyes consiste en un valle del cual brotan decenas de entradas a tumbas secretas (en su época), entre las cuales destaca la única que se descubrió intacta, la del faraón Tuthankamon.
Desde la base del valle, se toma un tren de ruedas que accede a la zona donde se encuentran las tumbas más famosas. Según la entrada que escojas, podras visitar determinadas tumbas. En este caso, y ante la infinidad de tumbas por visitar, hay que dejarse aconsejar por los guías locales, pues te mostrarán las tumbas más importantes y mejor conservadas.
Entrada a la tumba de Tutankamon |
A pesar de que Tutankamon es el personaje más conocido del Valle de los Reyes, probablemente no sea la mejor elección a la hora de elegir la tumba a visitar, puesto que murió a una temprana edad y la tumba es pequeña. A pesar de sus escasos años de reinado, y de la sencillez de su tumba, el tesoro encontrado allí es gigantesco. Buena parte de este tesoro se puede contemplar en el Museo de El Cairo.
Pequeña parte del descubrimiento |
Pese a que está prohibido hacer fotos (te requisan la cámara a la entrada) siempre hay algún vigilante que quiere hacer negocio. Por un módico precio accederás a zonas restringidas donde poder hacer tranquilamente las fotos que quieras. Por supuesto, no uses el flash ni nada que se le parezca, y trata de ser discreto. Deja tu cámara más aparatosa en la entrada y pasa escondida alguna más pequeña.
Sarcófago |
Las pinturas recrean la vida del más allá |
A pesar de las supuestas restricciones de foto y vídeo, no es raro que los propios vigilantes te pidan que les acompañes para pedirte dinero y hacerte el mismo la foto.
Aunque hay tumbas en deplorable estado por culpa de los saqueos, en general el estado es bueno. Dependiendo de la importancia del faraón, los pasillos son más largos y las cámaras más amplias. Incluso las más importantes disponen de cámaras trampa y pasadizos ocultos.
Estas montañas escarpadas, supuestamente desiertas, guardan aún muchos secretos, algunos descubiertos, y otros han permanecido en el olvido más absoluto y así seguiran. Sin ir más lejos, a escasos metros del Valle de los Reyes se encuentra el Valle de los Nobles, toda una pared perforada con tumbas para personajes pudientes de la época, y como colofón, el templo funerario de Hatshepsut.
Este templo, una de las grandes maravillas de Egipto, fue construido para honrar al diós sol (Amon Ra). Fue un cambio en la arquitectura egipcia, atrás quedaban las imponentes pirámides y los monumentos megalíticos para dar paso a edificios más prácticos y más accesibles.
El templo cuenta con varios pisos soportados por enormes pilares y grabados de gran valor.
Junto al templo de Hatshepsut se amontonan decenas de restos aún en investigación.
Detalle del templo |
Como podéis observar, el potencial de Egipto es impresionante. En esta entrada sólo he hecho una pasada rápida sobre los monumentos más conocidos, pero hay muchos más: Saqqara, Alejandría, etc. Tantas ciudades, tantos templos, tantos museos, tantos restos de civilizaciones tan avanzadas que parecen no ser humanas. Pero Egipto no acaba ahí, en Egipto hay un gran paso de comercio a nivel mundial gracias al renovado canal de Suez. Mencionar también su alto atractivo turístico en la zona del Mar Rojo, donde miles de buceadores de todo el mundo aprovechan sus cálidas aguas para disfrutar del mundo submárino que yace bajo sus aguas. En definitiva, Egipto es un país imprescindible que no te defraudará busques lo que busques.
Reflexión: hay desarrollar un poco de empatía antes, durante y después del viaje. Tenemos que ser conscientes de que los habitantes de Egipto atraviesan dificultades enormes y que nosotros somos invitados a su tierra, no sus amos. El visitante va rodeado constantemente de una burbuja de seguridad y lujo del que no debemos abusar en un país donde la gente pasa hambre y otras penurias. Intentemos no creernos los dueños del mundo cuando somos sólo meramente eso, invitados.