La sociedad moderna nos tiene acostumbrados a mostrarnos lo bello, lo irreal, lo espléndido, incluso lo imposible. La irrupción de las redes sociales ha generado una explosión de filtros, retoques y ediciones que en ocasiones rozan lo absurdo. A veces, el objeto fotografiado, ya sea humano o paisajístico es distorsionado hasta el punto que la fotografía inicial carezca de sentido. Este blog no se caracteriza por realizar unas fotos profesionales, y mucho menos por invertir en ellas (por desconocimiento o por pereza) una larga tarea de edición, y hoy no vamos a cambiar nuestras costumbres. Por suerte, el destino que nos ocupa se presenta a sí mismo en todo su esplendor, sin necesidad de "procesado" alguno.
Y es que, los antiguos habitantes de la zona, bautizaron un cauce de río con el nombre de "Urederra", que significa algo así como "agua hermosa". Queda claro que no lo podrían haber definido mejor.
En esta ocasión, iremos a contemplar su cauce, muy cerca de su nacimiento, a lo que los locales llaman "nacedero del Urederra", dejando claro que son muy directos y espontáneos en cuanto a lo etimológico se refiere.
Esta corriente de agua, que nace en el Parque Natural de Urbasa y Andía, y más en concreto en el macizo de Ubaba, desemboca a escasos kilómetros en el río Ega, para unir sus esfuerzos un poco más adelante con el famoso Río Ebro. En artículos anteriores, este blog ya dio más detalles sobre este gran río español.
En cuanto al nacimiento del Urederra, su origen está delimitado en el vecino farallón de Ubaba, una gran masa calcárea de 900 metros de altura respecto a las zonas colindantes.
En esta gran masa kárstica, el agua de lluvia se filtra por su superficie porosa creando un tremendo reservorio en su interior. Este lago acuífero, brota de la tierra con fuerza formando una cascada de varias decenas de metros de alto.
A pesar de la espectacularidad de la cascada, esta nos es vetada en estos momentos, puesto que los desmanes originados por visitantes desaprensivos, comenzaban a dañar este potente pero a su vez frágil entorno.
Por esta circunstancia, todos los senderos para acceder al nacimiento se encuentran completamente cortadas con avisos de fuertes multas en caso de sobrepasarlos.
Para completar el resto del recorrido, bastará con dirigirnos con nuestro vehículo hasta la localidad vecina de Baquedano, y aparcar (tras pagar la correspondiente tasa) en los lugares delimitados para tal fin.
Tras prepararnos, la ruta se realiza a pie, saliendo del pueblo y encaminando nuestros pasos hacia la parte baja del macizo de Ubaba.
El paseo, que debe hacerse sin prisa, es toda una experiencia sensorial. Si elegimos bien las fechas y los horarios, podremos disfrutar de un hayedo extraordinario, así como un bosque de ribera rico en especies y variado en formas y tamaños.
Y es que el Urederra no tiene "trampa ni cartón". Desde que las primeras gotas se arremolinan en el interior del macizo kárstico, son filtradas innumerables veces por las subterráneas rocas, que al ser de tipo blando, aportan dosis elevadas de cal y otros minerales. Al combinarse estos materiales, la química del agua comienza a cambiar modificando su PH y su composición, dando como resultado un color más propio de las playas caribeñas que de un tranquilo río navarro.
Además, las tonalidades van cambiando en función de la época del año y la hora a la que se visite el enclave, y la angulación de los rayos del sol pueden sorprendernos con el paso de los minutos.
Nuestros primeros antepasados, ya posaron sus ojos sobre este entorno, ya que en la zona abundan los dólmenes que aseguran la presencia humana en estas tierras desde hace miles de años.
Hoy en día, podemos observar vida, en este caso animal, aprovechando las repisas y posaderos que ofrece el monte Ubaba y toda la zona. El cambio de corrientes de aire que allí se produce es propicia para que los grandes buitres leonados asciendan y se desplacen a primera hora de la mañana en busca de alimento.
La ruta del nacimiento del Urederra no es la única actividad que podemos realizar en los alrededores de Baquedano, ya que el Parque natural de Urbasa posee mucha oferta disponible, sobre todo en actividades de montaña. Aunque también puedes hacer rutas a pie muy asequibles y descubrir el Balcón de Pilatos, desde el cual dominarás las vistas sobre todo el valle por el que transcurre el Urederra. Esta serie de miradores, se encuentran en lo alto del ya conocido macizo de Ubaba, junto al puerto de Urbasa.
Este ecosistema completo que rodea al Urederra debe de ser conocido y admirado, pero siempre desde el respeto. Las malas actuaciones y el desprecio hacia los espacios naturales tienen que acabarse definitivamente. Los ecosistemas son hábitats y hogares, pero no son nuestra casa ni nuestro lugar, respetemos a sus inquilinos y comportémonos como lo que somos: sus invitados.
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