A pesar de que nuevas construcciones han difuminado el paisaje, Mojácar ya estaba habitada hace miles de años. Tribus de la Edad del Bronce, cartaginenses, fenicios, y otros muchos, vieron la villa como un punto estratégico perfecto. También los musulmanes aprovecharon su posición elevada y con acceso al mar, hemos de recordar que en el siglo VIII, el califato de Damasco ubicó su sede en la provincia de Almería.
En la actualidad, la expansión de Mojácar se ha producido en la costa, en una subpoblación llamada "Mojácar Playa". De hecho, este nuevo conglomerado de urbanizaciones y hoteles ya supera en extensión y en número de habitantes al pueblo original, ocupando gran parte del litoral, sin respetar el estilo de edificación andaluz.
A pesar de todo, y para bien del pueblo, el núcleo originario sigue manteniéndose bastante intacto. Inevitablemente, la parte exterior de la localidad ha sido ocupada por distintos hoteles y urbanizaciones, pero no restan apenas encanto a esta villa.
Uno de los lugares más históricos es su fuente pública, allí se produjo la capitulación, por la que Mojácar dejó para siempre de ser musulmana, y aún se celebra anualmente la fiesta de "Moros y Cristianos" en recuerdo de este hecho.
Fuente pública |
José o Walt |
Si hacemos parada en Mojácar, es imprescindible subir a la parte alta del pueblo y contemplar con tranquilidad las vistas. Quien añore tierras de interior deberá de mirar al Oeste, y los amantes del mar deberán dirigir su mirada al Este.
Vista Oeste |
Indalo |
En definitiva, Mojácar puja y seguirá pujando por ser "el pueblo más bonito de España", por lo que es imprescindible su visita.
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