Este impresionante paraje se encuentra ubicado en los Pirineos, en el sector Oriental francés, a escasos kilómetros de la frontera con España.
Cerca de la pequeña localidad de Arles de Tec, encontraremos paneles en la carretera que informan de este paraje. Al llegar, aparcaremos nuestro vehículo a escasos 200 metros de la entrada al congosto. Tras pagar una entrada, la empresa promotora nos equipará con un casco y estaremos listos para adentrarnos en la montaña.
Tras sobrepasar la primera arista de la montaña, y por un camino muy bien cuidado, entraremos en los 1740 metros que ofrece el recorrido.
En ellos podremos caminar rodeados de paredes verticales tapizadas con musgo, nos adentraremos en estrechas cuevas y por supuesto, podremos tocar al abrir los brazos las dos montañas que separan la garganta en algunos puntos.
Para facilitar la visita, el departamento francés ha instalado una pasarela metálica, completamente segura, con asideros en ambos lados. También ha colocado una red metálica para evitar la caída de las enormes rocas que a veces se desprenden de las zonas altas. No olvidemos, que una garganta, un cañon, un congosto, o como lo queramos llamar, nunca deja de evolucionar. Durante miles de años, el Río Fou, se ha encargado de tallar y lijar los materiales calizos hundiéndose cada vez más en el terreno y generando el paisaje que vemos actualmente. Conforme el río orada la piedra, las partes superiores quedan más expuestas a los elementos y se van desprendiendo de manera natural. Las distintas especies vegetales, sobre todo musgos, se han ido aposentando en los laterales, creando una estampa dificilmente superable.
Durante nuestro recorrido, podremos observar de cerca la distinta flora, incluso señalizada con paneles informativos.
El trazado también pasa por pequeñas cavidades laterales, pero sin duda, lo que más apasiona es atravesar las cuevas que nos encontraremos. La grutas de "San Juan Bautista", "Los Trabucaires" y las de "Can Pey" son las más reconocibles.
Entrada a una de las cuevas |
Salida de la gruta "Can Pey" |
La flora también es protagonista de este recorrido |
La combinación entre el agua en movimiento y la caliza, ofrece formas verdaderamente curiosas como las que podríamos encontrar en cualquier gruta de renombre.
Roca caliza erosionada por el agua |
Este pequeño microclima también nos muestra su fauna autóctona |
Sin duda, el río Fou y su entorno bien merece una visita, incluso varias.
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