lunes, 9 de septiembre de 2019

Ochate (Condado de Treviño, Burgos). Un pueblo no tan maldito.

Ochate, un despoblado situado en Álava, aunque perteneciente a la provincia de Burgos, desde que Alfonso VIII ganara una batalla y lo anexionara a Castilla, es uno de los tantos pueblos que han sufrido un abandono radical por parte de sus vecinos en épocas no tan lejanas.
Datado en el año 1025, aunque probablemente existiera desde mucho antes, Ochate era un pueblo como otro cualquiera. Imaginamos que su subsistencia se basó en la agricultura y la ganadería, como tantos y tantos núcleos urbanos repartidos por toda la geografía española.
Ubicado en unas tierras de carácter pedregoso, con un clima extremadamente duro, y con un cierto aislamiento en lo que a comunicaciones se refiere, este asentamiento acabó por caer en el olvido tras la migración de sus escasos vecinos allá por la década de los años 40.
Pero Ochate fue revivido, y no de la mejor de las maneras. Cientos de historias truculentas acabaron por convertirlo en "pueblo maldito".
En los años 80, "Pruden" Muguruza hace saltar todas las alarmas con la publicación en una revista de misterio de una fotografía de un supuesto ovni avistado por él mismo en una zona cercana al pueblo.

Portada de la revista de los años 80
El "OVNI de Treviño" rompió en mil pedazos la calma de la zona, y miles de investigadores y curiosos se acercaron al hoy despoblado burgalés con intereses científicos o paranormales.
A raíz de este avistamiento, sobre el que se han difundido cientos de teorías y conspiraciones, los investigadores del misterio sacan a relucir una verdadera historia negra sobre Ochate y sus moradores. Lo extraño es, que en el pueblo no se vio absolutamente nada, puesto que el OVNI supuestamente fotografiado fue ubicado en Eguillo, a varios kilómetros de allí.
Para bien o para mal, el despoblado saltó a la fama dando pie a todo tipo de especulaciones.
Según cuentan los cronistas de la época, tres virulentas plagas azotaron Ochate abatiendo una y otra vez a sus habitantes, provocando la salida forzosa de los escasos supervivientes. Afortunadamente, investigadores de prestigio, como Enrique Echazarra, profundo amante del misterio, pero imparcial y sereno, dieron un paso al frente para desmontar las teorías sobre estas plagas bíblicas sobre los vecinos de este pequeño pueblo burgalés.
Evidentemente, Ochate sufrió plagas y enfermedades mortales, como el resto de pueblos y ciudades de la época. Cabe recordar que una simple gripe, sin los medicamentos apropiados, podría acabar con la vida de cualquier persona en aquella época. Por lo tanto, ninguna plaga acabó con los ciudadanos de este emplazamiento.

Ochate, vista general
Otro famoso divulgador de lo desconocido, Iker Jimenez, a través de sus numerosos programas en diferentes medios, no ha conseguido otra cosa más que aumentar la leyenda de este despoblado, haciéndose eco de misteriosos acontecimientos además de los ya mencionados.
Ochate, cuyo nombre raíz significa "puerta del frío" o "puerta secreta" se ha convertido en un pueblo venerado por los seguidores de este famoso investigador paranormal. 
Un hecho luctuoso si que ha quedado demostrado, el asesinato de un pastor a manos de su compañero en una de las casas del pueblo que usaban como refugio.  Jacinto, agresivo de naturaleza, y conocido en la zona por su personalidad "peligrosa y variable" asesina en 1936 a otro pastor, dejando el cuerpo inerte a merced de las ovejas, que lo pisotean repetidas veces. Cuando encuentran el cuerpo, este se halla completamente desfigurado, lo que provoca el espanto en la zona, y fuerza la salida del último habitante reconocido en la zona, Eusebio. 

Restos de las casas que aun quedan con la torre acechando

También se habló de la desaparición del cura, que circulaba por los caminos y se "evaporó" sin dejar rastro. Más tarde se supo que el párroco había cruzado el charco y se hallaba en Sudamérica, junto a su sirvienta, desmontando cualquier tipo de leyenda sobre su persona.

Interior de la castigada torre

Y es que, este pueblo, maldito o no, hace volar la imaginación. A escasos metros del núcleo urbano, podemos encontrar una serie de tumbas antropomorfas de escaso tamaño, las cuales también han levantado suspicacias. Al ser de un tamaño casi ridículo, se dice que podrían pertenecer a niños o a seres venidos de otros lares, pero la realidad es que parte de las tumbas excavadas en la propia piedra del lugar se han desprendido y mezclado con la vegetación unos metros más abajo.  

Tumbas antropomorfas
Como vemos, a veces, hasta lo mas extraño tiene una explicación muy normal. Tenemos que tratar de aplicar la lógica siempre que nos sea posible. Eso no quiere decir que no disfrutemos y nos dejemos llevar por el lado misterioso de las historias y los lugares, puesto que nos hará disfrutar la experiencia en toda su extensión.

Detalle de las tumbas
Otro lugar de interés, situado a unos 500 metros del núcleo urbano, es la Ermita de Burgondo. A pesar de su estado ruinoso, no está libre tampoco de fenómenos extraños. 

Ermita de Burgondo

Uno de los sucesos acreditados y menos conocidos, acaeció en 1947 cuando el pueblo ya se hallaba abandonado. Victor Moraza, vecino de Irimuri, el pueblo más cercano, ve caer un rayo sobre la ermita. Inmediatamente, se acerca al despoblado, y en el lugar donde el rayo había impactado, aparece de la nada un medallón con la efigie de la virgen. Este acontecimiento, que hace estremecerse hasta el más escéptico, tiene una sencilla explicación. La reliquia, se hallaba oculta en una cámara de aire en el interior de un muro, al caer el rayo, la pared se "rajó" dejando a la vista el medallón. 

Medallón original. ATHA. Fondo G. López de Guereñu Galarraga
A día de hoy, la reliquia se ha restaurado, y cada 15 de Agosto es besada por los antiguos moradores de Ochate y sus descendientes, que siguen realizando una romería hasta la Ermita de Burgondo.
Como es de imaginar, muchos amantes de lo paranormal se acercan también hasta esta ermita, para realizar experimentos psicofónicos y otros rituales. En este apartado se han obtenido resultados cuanto menos curiosos. 
Pero sin duda, la Ermita de Burgondo alberga uno de los misterios más esperados y más temidos. Según cuentan, de madrugada, cuando solo ciertas esquilas de animales en estado de semi-libertad y los ruidos propios de la naturaleza se escuchan, una dama de negro se aparece en los alrededores de la ermita provocando el espanto de quienes la contemplan. 

Preciosos relieves que aun posee la desvencijada ermita
Aconsejo a los visitantes, que acudan a Ochate. Siempre desde el respeto, evitando el vandalismo (desgraciadamente ya existente), pues es un entorno, que dejando la mente libre y alentando un poco la sugestión puede dar mucho juego. 
No olvidemos tener mucho cuidado, pues el peligro no se encuentra "en el otro lado". Paredes y techos en ruina, un terreno pedregoso, y la vegetación agreste pueden jugarnos una mala pasada. 

La torre y sus excelentes vistas
Recapacitando, tengo la certeza de que Ochate es un pueblo maldito, no por las leyendas, sino por la despoblación. La migración a las grandes urbes por la falta de trabajo y servicios, la falta de buenas comunicaciones y otros factores, son la peor maldición que asola miles de pueblos en todos la geografía mundial sin excepción. La peste de la despoblación es una enfermedad inoculada y vinculada al supuesto progreso.




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