A medio camino se encuentra la Casa del Oso, que aloja la sede de la Fundación Oso de Asturias. Este recinto, ejerce las tareas de punto de información sobre los plantígrados que deambulan por la zona, puesto que estos parajes amparan la mayor población de estos animales de toda la Península Ibérica (casi 300 ejemplares distribuidos a lo largo y ancho de toda la geografía asturiana).
La fundación se dedica casi en exclusiva a estudiar, controlar y proteger a las diversas poblaciones oseras, y también a concienciar sobre la importancia de mantenerlas y extenderlas.
Muy cerca del centro de operaciones de este organismo, se encuentra el "Cercado Osero", donde se mantienen varios ejemplares.
La historia de "Paca y Tola":
Dos ejemplares hembras de Oso pardo Cantábrico fueron rescatadas de manos de los furtivos en 1989. Tras unos años deambulando por recintos en Catañuña y Cuenca, vuelven a su tierra natal. Un grupo de expertos evaluó su situación, y se llegó a la conclusión de que no era viable reintroducirlas en su espacio natural, por lo que se creó un recinto especial en las faldas del monte Fernanchín, cerca de la localidad de Proaza.
Este cercado osero, fue ganando en popularidad, aunque solo se avistaba a la pareja de osas en las horas de la comida. Tras varios problemas logísticos, años más tarde se les trasladaría al recinto actual donde son vistas a cualquier hora del día.
En 2008, "Furaco", un gran macho cedido por el parque cántabro de Cabárceno, fue introducido en la manada con la intención de que Paca o Tola se reprodujeran con él. El macho, eligió a Tola y tuvieron un osezno, pero desgraciadamente, murió a las pocas horas de vida aplastado probablemente por su madre. En 2008, y tras varios intentos fallidos de apareamiento, el oso macho "Furaco" es retirado del recinto.
Hay que contar con que tanto las hembras como el macho ya tenían una edad avanzada, entre 25 y 30 años, una cifra difícilmente alcanzada en libertad.
En el comienzo del 2018, la osa "Tola" muere por causas naturales, dejando a su inseparable "Paca" sola en el cercado. Al parecer, el estado de "Tola" comenzó a empeorar meses atrás, con problemas en los huesos de la columna y una cadera rota, debido a los estragos de la propia edad.
En la actualidad, en el recinto conviven dos hembras, "Paca" y "Molina".
"Paca" descansa tranquilamente bajo la lluvia |
Por su parte, "Molina", es una hembra joven, que fue rescatada con apenas un año, con una lesión en la cadera. En su momento, se valoró la opción de reintroducirla, pero el tiempo pasaba y la osa cada vez tenía más contacto con el ser humano, que a la larga supuso su condena a vivir en un recinto.
Las dos osas se aceptaron mutuamente y a día de hoy son un gran atractivo para la zona, que se llena de turistas para ver a la incombustible joven y la tranquila osa senior.
"Molina" juega cerca de una charca artificial |
En definitiva, el cercado osero de Proaza es un lugar único en la observación del oso cantábrico, aunque es una pena que estos animales no hayan podido integrarse de nuevo en su habitat natural, tan mermado y desgastado por la mano del hombre.
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