viernes, 14 de febrero de 2025

Segorbe: el cementerio de muñecas.

Tal vez, uno de los elementos que más representan y evocan nuestra niñez son los juguetes con los que hemos crecido y disfrutado. A pesar del paso de los años, todos recordamos aquellos objetos en los que invertíamos nuestro tiempo cuando la inocencia nos hacía vivir una vida tranquila y sin preocupaciones. Desde tiempos inmemoriales, y debido al machismo y marcado sesgo de género en los juguetes, las muñecas han sido el eje del desarrollo a través del cual muchas generaciones de niñas han aprendido virtudes que emplearían más adelante, como el cuidado de las personas y su futura labor como responsables de su tarea como madres de su prole. Este estereotipo impuesto ya desde su nacimiento por la sociedad hasta hace muy poco, ha ido en retroceso adaptándose a las nuevas generaciones. 

Aun así, y dejando de lado esta imposición según el sexo, las muñecas siempre han evocado sentimientos de felicidad y alegría. Pero, como veremos a continuación, no siempre ha sido así.


Spot comercial



 

Normalmente, las muñecas se publicitan como seres inocentes y divertidos, con elegantes trajes y accesorios, pero estas mismas muñecas pueden ser las protagonistas de encuentros de pesadilla. Por ejemplo, y debido a la influencia del cine de terror, estas inertes criaturas han tomado vida con actitudes extremadamente violentas y hostigadoras. Este nuevo rol casi demoníaco se popularizó en las pantallas desde los años 70. 


Muñeca Annabelle, en su adaptación al cine y la muñeca real

En 1988, la película "Chucky, el muñeco diabólico" hizo las delicias de los amantes de las emociones fuertes, marcando la senda a las siguientes producciones que usaron muñecos como protagonistas principales del misterio y el miedo. En la vida real, una familia de parapsicólogos, los Warren, lanzaron a la fama la historia de una muñeca poseída que afectaba las vidas de los humanos que la rodeaban. Esta historia fue reflejada en el cine, bajo el título "Annabelle", que logró completar una saga de varias entregas exitosas. 

En la vida real, la simple visión de una muñeca abandonada puede ser motivo de alarma, ya que nuestro subconsciente probablemente recuerde las historias vistas en pantalla. 


Muñeca en una escuela de Chernobyl


Como podemos comprobar, el uso de muñecos para la composición fotográfica es frecuentemente utilizado, dándole un toque macabro y tenebroso. El equipo de "Viajar o morir" pudo comprobarlo al adentrarse en una de las abandonadas y contaminadas escuelas en nuestro viaje a la "zona muerta" de Chernobyl

Pero no hace falta irse tan lejos para explorar lugares relacionados con el abandono del terror. En Segorbe, una localidad del interior de Castellón, un empresario ceramista llamado Ramón Inglés, se instaló junto a su hermana Josefina en un antiguo edificio a las afueras de la localidad. Este enorme caserón, que databa de principios del siglo XX, fue utilizado como convento hasta la guerra civil. Según cuenta la historia, la parcela fue desalojada por milicianos republicanos de la CNT expulsando y acabando con la vida de sus moradores. 

Una vez desocupada la propiedad, esta pasó a ser un punto de vigilancia de importante valor estratégico, y consiguió resistir la guerra sin ser completamente destruido. Ya en la posguerra, se convirtió en una fabrica de telas, hasta que Ramón Inglés compró la propiedad en los años 70. En este recinto, los hermanos emprendedores veían una inversión asegurada para implantar su negocio de diseño y fabricación de muñecas para distintos fines.


Ramón Inglés


Cuando legalizaron su situación, los hermanos Inglés trabajaron afanosamente en adaptar la antigua fábrica textil a sus necesidades. Gracias a los logros y a la fama conseguida anteriormente en el mundo de la porcelana, el negocio creció exponencialmente, y los hermanos pasaban los días creando nuevas muñecas y accesorios que plasmaban en moldes de escayola. Tras horadar con maestría la sustancia compacta, se vertía en el agujero existente la porcelana pastosa, y tras dejarla secar, la pieza quedaba lista para su montaje. Para esta ingente tarea, la familia tuvo que contratar a varios trabajadores de la zona, que ayudaban en las tareas de fabricación y pintura que requerían las muñecas.


Noticia del periódico "las Provincias"


Tras cosechar rotundos éxitos a nivel profesional, Ramón Inglés fallecía el 3 de mayo de 1997. A partir de esa fecha, la empresa paró en seco su producción y quedó completamente abandonada. 

Casi 3 décadas después, el enorme caserón donde los hermanos Inglés trabajaban sigue en pie, y parte de su huella permanece inmutable al paso del tiempo.  


Edificio de la fábrica


El edificio, que comienza a mostrar algunos signos de su inminente derrumbe, es un paseo por el túnel del tiempo, ya que aún sobreviven miles de moldes distintos almacenados en decenas de estanterías. Debido al paso de algunos desaprensivos, muchos de ellos se encuentran esparcidos por el suelo. Es tal la cantidad de estas piezas, que en ocasiones se hace imposible encontrar una ruta segura a través de las distintas estancias que vamos recorriendo. 


Moldes en uno de las habitaciones


Tras una sencilla comprobación, veremos que es imposible encontrar dos moldes iguales, y cada uno de ellos conserva distintas formas y partes de muñecas y otros elementos accesorios. En su parte exterior, cada matriz está identificada toscamente para facilitar su localización, algo que ahora resulta físicamente imposible debido al desorden. 

Llama poderosamente la atención los miles de patrones distintos que los hermanos Inglés utilizaron en la creación de sus figuras, ya que parece que pocas piezas comunes eran compartidas por los diferentes modelos. 


Matriz de dos piernas


Además, sorprende ver como la estructura principal del edificio ha conseguido soportar todos estos años el enorme peso provocado por la acumulación de todas estas piezas en sus distintas estancias. A pesar de estar fabricados en materiales "ligeros", es fácil intuir que su enorme número provoca un sobrepeso tangible sobre los forjados. 

Pese al buen comportamiento de los elementos estructurales, algunas zonas del edificio han comenzado a derrumbarse, como es el caso de las escaleras que conectan todos los niveles de la fábrica. Debido a este detalle, se hace casi imposible la investigación de este abandono en condiciones de seguridad. 


Escaleras, parcialmente destruidas


Como podemos observar en las fotografías, los moldes "desbordan" las distintas salas, ejerciendo un peso extra sobre las escaleras ya muy debilitadas. Además, parte del techo de la fábrica se derrumbó en 2011, permitiendo que la lluvia y otros factores atmosféricos atacaran la estructura desde su parte superior. 

A finales de los años 90, la propiedad pasó a manos de una compradora que tenía un gran proyecto de rehabilitación para la estructura, pero la nueva propietaria acabó arruinándose y con graves problemas de salud que dieron al traste con la idea. Este acontecimiento puso la puntilla al complejo, que ya solo espera la fecha de su derrumbe total.


Otra de las entradas


Como ya hemos mencionado, el número de moldes es tan elevado, que hay algunas salas que son casi inaccesibles, ya que forman grandes e inestables montañas de escombros. Esta acumulación demuestra la gran producción que los hermanos Inglés llevaron a cabo entre los muros del enorme caserón. 

Años atrás, el número de piezas fue muy superior, ya que los expolios fueron constantes debido a la fama y el precio al que se cotizaban las muñecas. De hecho, las muñecas y figuras de la marca siguen cotizando en niveles altos en los mercados de segunda mano. 

Por otro lado, no son pocos los amantes del misterio que han visitado el lugar, incluso el programa "Cuarto milenio" llevó sus cámaras al edificio en busca de lo paranormal. Parece que unir el miedo con las muñecas todavía funciona, y no son pocos los testimonios que aseguran que los acontecimientos que se producen en el interior de sus muros exceden los límites de la cordura. 


Exterior de la fábrica

Tal vez, lo más misterioso del enclave y de esta historia es el resorte que nos hace relacionar un objeto diseñado con el propósito de entretener con el terror más absoluto. Tal vez deberíamos plantearnos cuando un muñeco abandonado deja de ser "dulce" para convertirse en diabólico. Como ya hemos comprobado en otros espacios mostrados por este blog, no solo un objeto es capaz de desatar el terror de los visitantes. A veces, un simple edificio o estructura genera una sensación colectiva que genera malestar e inseguridad en quien lo visita. 

En el caso de Segorbe, este complejo fue testigo de matanzas y otras crueldades en tiempos de guerra, pero lo que más aterroriza de su historia en una próspera fábrica de muñecas artesanas que hoy en día no funciona. Visto desde este prisma, la mayor parte de las historias tenebrosas que acompañan ciertos lugares hacen que su autenticidad quede en entredicho. Nuestra predisposición y sugestión es capaz de adentrarnos en un mundo irreal en el cual nos dejamos llevar solo por las sensaciones. Esta falacia creada por nuestra propia mente convierte el lugar más apacible en el escenario del mal sin que nos tiemble el pulso. 

La lógica es capaz de desmontar el argumentario de la mayor parte de estas historias de lo paranormal, pero entonces, ¿no es emocionante a veces dejarse llevar por estas historias?.


  • “Donde no hay imaginación no puede existir el terror” 
  • Arthur Conan Doyle

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