miércoles, 27 de septiembre de 2017

Sanatorio de Agramonte (Zaragoza)




Una búsqueda de emociones es lo que te puede llevar a las puertas del Sanatorio de Agramonte, un lugar fantasmal de noche, y no tanto de día. Según sea la sugestión de cada uno podríamos pasar horas preguntándonos si allí ocurren o suceden situaciones "paranormales". Existen dos realidades paralelas que nunca convergeran en una opinión común. Para los "creyentes" es un lugar embrujado, endemoniado, una puerta al más alla, etc. Para los más escépticos simplemente es un lugar abandonado. Sea cual sea tu sensibilidad, el lugar es espectacular. Sus dimensiones, su ubicación, su estructura laberíntica...
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Sanatorio en la antiguedad


Situado a los pies del Moncayo, este antiguo sanatorio de tuberculosis recibe los aires mas puros y frescos del gigante montañoso aragonés. El lugar se edificó en tiempos de la segunda república española. En un principio, esta colosal obra iba a proporcionar descanso y reposo a las clases más pudientes de la sociedad de aquellos años. Sus instalaciones, similares a las de un balneario apenas se pudieron destinar a tal fin con la repentina llegada de la Guerra Civil. 
En 1938, tras ser abandonado y saqueado, el balneario recae bajo la dirección de las hermanas de Santa Ana. A partir de ese momento y hasta su cierre el complejo se dedicaría al sanamiento de la tuberculosis. Una mezcla de reposo y aire fresco era el único antídoto de la época para las personas enfermas de esta enfermedad. En el sanatorio solo estaba permitido el ingreso de mujeres, que aparecen en distintas fotos de la época. 


Imagen relacionada
No todos los sanatorios eran decadentes
En la actualidad, apenas queda ya nada en el interior del sanatorio. La fama otorgada por las supuestas apariciones, las psicofonías, y el interés mediático de varios programas de temática paranormal han atraido a cientos de personas que por un motivo u otro, han arrasado el lugar. 
La entrada nos advierte de lo obvio. Nos encontramos en un lugar abandonado, con varias partes del techo derrumbadas y otras que no verán el próximo año en su posición. Si deseamos entrar, hay que estar atento a estas zonas, y tener cuidado de no tropezar, porque el suelo está lleno de cascotes y otras piezas que antes conformaban paredes y suelos.   


Sanatorio en la actualidad

Cartel de advertencia

Aunque las pintadas de verdaderos artistas urbanos llenan las paredes también nos encontramos con gente con nulo estilo y práctica a la hora de pintar. Por otra parte se encuentran pentagramas supuestamente satánicos, restos de velas, lo que hace inequívoca la presencia de grupos que pernoctan en busca de alguna respuesta o simplemente pasar una noche de aventura. La verdad es que el lugar lo merece, si nos dejamos sugestionar podemos llegar a pasar una noche verdaderamente aterradora. El bosque que casi invade los edificios, los contraventanos que aún se conservan, las especies voladoras que colonizan el edificio puede convertir una noche en una pesadilla hasta para el escéptico más racional.


Largas galerías, escaleras, ventanas, puertas cerradas, es la visión asombrosa que ofrece el sanatorio por dentro. Las zonas más conocidas son las cocinas, el quirófano (supuestamente la sala más activa en cuanto a fenómenos paranormales), las terrazas donde reposaban las enfermas son las zonas más buscadas por las personas que se acercan hasta allí. 

Cocinas



Caldera

El tiempo que te costará visitar el complejo es muy variable, recomiendo vagar sin rumbo, visitar todas las salas, y tratar de imaginar como sería la vida allí en unos tiempos muy complicados para las personas que estuvieron internadas. Aunque según las supervivientes el trato era excepcional y la amistad entre las internas era evidente las circunstancias de la estancia no eran las apropiadas.

Terraza de la segunda planta

Recomiendo llevar linternas o dispositivos de iluminación aunque sea de día,puesto que hay algunos pasillos escasamente iluminados y zonas peligrosas en las que conviene ver bien donde pisas. 


Al ser un edificio regentado por religiosas, no podía faltar un lugar de culto dentro del edificio principal.

Capilla
En algunas salas del edificio los desperfectos son importantes, pareciendo un lugar de guerra.


Una de las salas más buscadas, el quirófano, apenas reconocible ya. Solo la típica puerta de hospital nos indica que entramos en él. 




Ya sea por convencimiento, por vivir una experiencia, por ese extraño morbo o por simple curiosidad es muy recomendable la visita a este sanatorio, antes de que acabe por disolverse lentamente en el bosque y no quede nada de él. 

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