jueves, 28 de septiembre de 2017

Islas Cíes (Galicia)

En la desembocadura de la Ría de Vigo se encuentra el conjunto de las "Islas Atlánticas", un conglomerado de pequeñas islas cercanas a tierra y que son consideradas como un refugio natural marino como pocos quedan en España. Su máximo exponente son las Islas Cíes, aunque existen islas igual de paradisiacas en la zona, son la Isla de Ons, Sálvora y San Martiño. 

Ría de Vigo

Al ser un espacio natural protegido, la visita a las Islas Cíes tiene que reservarse con antelación, puesto que solo admiten 2200 visitantes diarios. Las navieras, en concreto cuatro de ellas han infringido constantemente estos cupos siendo sancionadas en repetidas ocasiones, incluso obligando a las mismas a no transportar a más viajeros a las Islas. Las navieras que operan ofrecen sus salidas desde Vigo, Cangas y Bayona. Dada la proximidad de las Islas a tierra firme el viaje no suele durar más de media hora. 


Al llegar a la isla tienes dos opciones: pasar el día y volverte en el mismo barco que te llevó o quedarte en un camping en el que plantar tu tienda o alquilarla (tambien bajo reserva al estar limitada la capacidad). 



La isla consta de dos superficies emergidas unidas por la que según muchos es la mejor playa de Europa, incluso del mundo. Supongo que no estarán de acuerdo los haitianos y otros habitantes caribeños. Hay que reconocer que es una playa poco habitual en las costas europeas; arena fina, brillante y completamente blanca en contraste con un color del agua verdoso totalmente diferente al color más oscuro y menos cautivador que el resto de la costa gallega. 


Playa de Rodas

Una vez que estamos a la altura de esta playa los senderos de la Isla se dividen en varias rutas. La más conocida es la ruta del faro, en la que se coge bastante altura hasta llegar a una de las partes más altas de la isla donde está situado el faro más importante. La excursión son unos siete kilometros ida y vuelta y a mitad de ruta el sendero se vuelve a dividir para ofrecernos la posibilidad de visitar un faro inferior y al otro lado un mirador de aves. En la ruta del mirador podemos encontrar formaciones geológicas curiosas como las de "la campana" y otras más pequeñas aunque no por eso de menos valor.

La campana


 Al pasear por las Cíes no estás nunca solo...y no hablo solo de la masificación provocada por las navieras. Las gaviotas, son las dueñas del territorio, y eso queda bien claro desde que pones el pie en la isla. En este caso, el ser humano queda relegado al papel de "invitado", y debemos de tratar su habitat con respeto.  



La ruta del faro recorre de manera sinuosa primero a través de un extenso pinar, y despues sobre la roca desnuda que, al igual que la arena, brilla bajo el sol despejado del día. 


Faro de Cíes
Una vez arriba, las vistas son impresionantes. desde la cima puedes observar el cercano islote de San Martiño (solo accesible con embarcaciones particulares y su correspondiente permiso) al Oeste. En el este, una pequeña cadena montañosa vertebra parte de la isla. 

Isla de San Martiño
Tras recuperar el aliento contemplando las vistas, puedes retomar el sendero y acudir a los otros puntos de interés o simplemente relajarte en sus playas. Aunque la más conocida es la playa de Rodas, puedes bañarte en otras calas que también tienen el mismo atractivo que su hermana mayor. Otro mito que se hace realidad es que el agua, aparte de clara, es fría, muy fría. Incluso sin tocar el agua, la temperatura de la arena ya te indica que no te encuentras en un mar tropical, y los baños de los visitantes suelen ser nulos o rápidos. 
Si quieres visitar la isla tranquilamente, no elijas las fechas más concurridas del verano, porque si las navieras siguen sin cumplir el cupo, el entorno paradisíaco puede perder parte del encanto. Aún así, la visita a las Cies es obligatoria. 

Atardecer en las Cíes









No hay comentarios:

Publicar un comentario