jueves, 28 de noviembre de 2024

El cementerio de los alemanes en Extremadura

Que España es el retiro ideal de los jubilados alemanes no debería coger por sorpresa a nadie, como tampoco es ninguna novedad que los germanos pueblen nuestras costas en las épocas estivales. Lo que quizá puede resultar novedoso es hallar un cementerio ocupado exclusivamente por soldados de esa nacionalidad en el interior de España. 
Para conocer este destino, basta con acercarse a la localidad extremeña de Cuacos de Yuste, en plena comarca de la Vera. 
En mitad del pueblo, abandonamos la carretera EX-203 en dirección noreste, y ascendemos unos cientos de metros en dirección al monasterio de San Jerónimo de Yuste. A mitad de camino, y en un apartadero discreto, se encuentra la entrada a uno de los cementerios más curiosos de España. 


Un muro de piedra, con una discreta cruz metálica nos da la bienvenida, y una placa reza en alemán "DEUTSCHER SOLDATEN-FRIEDHOF", una descripción que no deja lugar a dudas, puesto que nos encontramos ante el único cementerio de soldados alemanes en todo el país.
 



Tras franquear la puerta, recorreremos un sendero entre árboles que, tras unos metros, nos revelará la ubicación de las tumbas. 



Las tumbas, señalizadas con una cruz y distribuidas en un estricto orden, forman la composición del lugar, con algunos olivos intercalados que integran el recinto funerario con el paisaje extremeño. En cada cruz, podemos leer el nombre del soldado caído, y en algunas de ellas la inscripción "EIN UNBEKANNTER DEUTSCHER SOLDAT", que aduce a un soldado desconocido cuyo cuerpo no pudo ser identificado. Si la tumba tiene las iniciales "I.M" presupone que el cadáver no llegó a encontrarse. La abundancia de esta última inscripción está relacionada con el motivo de la muerte, ya que en muchos casos fueron soldados caídos en altamar. El resto, están identificadas con el nombre de un militar, su fecha de nacimiento y la de su defunción. Todas las inscripciones abarcan el periodo en el que se produjeron la primera y la segunda guerra mundial. Solo con un vistazo rápido, nuestros ojos pueden contemplar que nos encontramos ante más de un centenar de nichos, en concreto están contabilizadas 180 tumbas en el lugar.
Pero, la gran pregunta es: ¿Qué hacen aquí los cuerpos y las cruces de más de 150 soldados alemanes? Para responder a esto hay que retroceder bastante en la historia de España. 
Durante el siglo XVI, aparece la figura de Carlos I y V de Alemania, que adquiere el mando de varias coronas españolas y europeas, elevando su persona a nivel de emperador. 
El emperador, preso de su ego y su nivel de vida, mandó instalar una piscina a unos escasos cientos de metros del actual cementerio, en el monasterio de San Jerónimo de Yuste, donde residía. Esta idea resultó siendo fatal, puesto que el emperador murió de paludismo, una enfermedad pandémica presente en la zona, y transmitida por un mosquito, que encontró en las aguas de la piscina un lugar ideal para instalarse y multiplicarse. Por lo tanto, las vinculaciones de la zona con el actual estado alemán han sido visibles hasta nuestros días. 


Figura en homenaje al emperador en el Cuacos de Yuste


Según reza la tradición, los soldados alemanes deben de ser enterrados en el país donde mueren, y a pesar de que España nunca estuvo en guerra con los germanos, muchos de ellos murieron cerca de las costas, principalmente en la zona de Galicia. Claro ejemplo es el submarino U-966, que tras derribar varios aviones aliados, fue abatido cerca de las costas gallegas, con 8 tripulantes que jamás fueron encontrados. 


El U-966 durante su ataque. Fuente:Wikipedia

Durante las dos guerras mundiales, España había permanecido como país neutral, pero los habitantes de las zonas donde aparecían cuerpos se hacían cargo de ellos. En los años 80, la Comisión Alemana de Tumbas de Guerra, que era la responsable de los caídos alemanes en todo el mundo, decide reunificarlos a todos los que se hallaban dispersos por la península. Debido a la vinculación de la zona de la vera con Alemania a través de la figura de Carlos I, se decide crear el cementerio a escasos metros del lugar de la muerte del emperador. 
A día de hoy, esa misma asociación es la encargada de mantener los más de 800 recintos funerarios alemanes de este tipo que se reparten por todo el mundo. 


Detalle de una de las tumbas

Llama la atención el buen estado general del conjunto, del cual se aprecia un mantenimiento constante. Alemania, tiene una partida presupuestaria anual dedicada a tal efecto, a través de sus respectivas asociaciones. 
Como hemos visto, los "perdedores" de esa gran guerra tienen mejor trato a miles de kilómetros de su casa del que dispensa el propio estado español a las víctimas de su propio conflicto, sobre todo si eran del bando republicano, ya que a día de hoy su memoria no ha sido reparada ni honrada como se merece. 

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