jueves, 2 de septiembre de 2021

Cívica (Guadalajara) El misterio anclado en la roca

Adentrándonos en el noreste de la provincia de Guadalajara, donde las carreteras se adornan en verano con los coloridos campos de girasoles y lavanda, podremos disfrutar de parajes muy valiosos del entorno conocido como la Alcarria, tierras narradas en los libros de grandes escritores. Abundantes yacimientos, que cuentan historias de dinosaurios y primeros pobladores, castillos y leyendas que huelen a otros tiempos pasados. 

Tras serpentear por las carreteras secundarias acomodadas al relieve de las lomas y montañas, en un entorno donde los acuíferos y manantiales son abundantes, nos encontramos con un enclave más que singular. Al borde de la carretera CM-2011, entre Valderebollo y Villaviciosa de Tajuña, como salidas de la nada, hallaremos las ruinas de Cívica.



Este misterioso lugar definido como aldea, y solapado a las paredes del valle creado por el río Tajuña, es difícil de describir a ciencia cierta, pues poco se sabe del uso primigenio de esta singular construcción. Las teorías apuntan a que se reutilizaron ciertas cuevas existentes en la montaña, probablemente antiguos eremitorios aprovechando las oquedades existentes, aunque nadie ha podido corroborar este hecho. Hay que remontarse a 1441 para encontrar la primera datación escrita, en la que se narra la venta del lugar a los monjes Jerónimos de Villaviciosa a su legítimo dueño, Antón Díaz, que residía en una localidad cercana. Al parecer, en ese momento en Cívica solo había una casa y una pequeña granja adosada a ella. Tras esta fecha, la aldea entra en una penumbra histórica de la que apenas se sabe nada. Algunas fuentes señalan que en las hoy ruinas de la aldea se asentaba una fábrica de papel, de la que no quedó rastro ninguno, como si nadie quisiera tomar el testigo histórico de la construcción.

Lo que parece cierto, es que hace escasamente 80 años se inicia la construcción que daría forma a la actual apariencia que guarda hoy en día, unas obras que fueron auspiciadas por el sacerdote de Valderebollo. Se desconocen las motivaciones que llevaron a este personaje a realizar semejante obra, aunque también se sabe que miembros del clero fueron añadiendo barandillas y otras pequeñas mejoras en años no tan lejanos a la actualidad. A pesar de estos esfuerzos, la compleja construcción fue quedando en el olvido, deteriorándose. Usada como vivienda temporal de diversas personas, incluso como bar, nadie parece interesado en mantener el edificio en buen estado. El abandono de sus propietarios, se refleja en los rumores que hablan de que la zona se encuentra en venta, incluso datan en 36000 euros la cantidad a pagar por parte de quien se quiera hacer cargo de esta maravilla-ruina de la Alcarria.



Pero no todo es abandono en Cívica. En la parte superior de la pared kárstica, un diseminado de casas residenciales está casi acoplado a ella. A día de hoy, sus moradores no parecen estar muy a gusto con las visitas de los forasteros, y quien quiera que acceda a la parte superior es increpado y dirigido por firmes dedos índices a recular de nuevo hasta la carretera y tener solo una vista frontal. Probablemente, los habitantes de estas tranquilas tierras estén hartos de merodeadores y excursionistas, interesados en acceder al complejo por todos los puntos posibles. 


Vista lateral, desde la subida hacia las casas habitadas

En la imagen, podemos observar como la construcción de Cívica plasma la arquitectura moderna asentándose en la antigua pared kárstica, muy habitual en este entorno de la Alcarria. Esta roca, muy fácilmente erosionable, permite el paso del abundante agua subterránea, creando cascadas naturales a escasos metros del complejo. 

La protección que brinda la roca, sumado a la abundancia de agua, hacen de este paraje un terreno fértil para los cultivos. 


Cascada natural

Aunque carezca de excesiva historia, esta "pequeña Capadocia" de Guadalajara es digna de visitar, pero hemos de advertir que a día de hoy se encuentra en estado de ruina y abandono, hasta tal punto que la peligrosidad es alta si uno se aventura a recorrer sus estrechos pasadizos interiores. Varios carteles y cadenas nos recuerdan el ya consabido "prohibido el paso", muy recurrente en lugares abandonados.


Vista interior de la construcción


Tal vez, en un futuro, alguna entidad pública o privada vean el filón de este curioso lugar y decida dar el paso de rehabilitarlo por completo y darle un uso para que no siga cayendo piedra a piedra.


  


1 comentario:

  1. Que bueno encontrar una cascada en este recorrido por Guadalajara siempre es algo para admirar

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