jueves, 4 de enero de 2018

Mérida, Badajoz. El centro de todas las miradas.



Mérida, una ciudad en el objetivo de todos. 
Desde tiempos inmemoriables, diversas tribus y civilizaciones se han establecido en esta localidad pacense. Aunque fue fundada en la prehistoria por pequeñas tribus, no alcanzó su esplendor hasta el 25 A.C, cuando mandó ser construída por el emperador Octavio Augusto para dar un retiro de lujo a sus soldados veteranos. Era una colonia romana numerosa y no repararon en gastos a la hora de construir una megaciudad de la época. La nueva ciudad emergió de la nada con un proposito lúdico cuya infraestructura giraba en torno al agua que aprovechaba principalmente del río Guadiana. Numerosos puntos de interés como termas, acueductos y el alcantarillado se conservan intactos a día de hoy. 
Sin embargo, las grandes estructuras que se conservan se basan en el propósito festivo característico de la civilización romana: el anfiteatro, el circo, y los templos dedicados a los dioses hacen retroceder al viajero en el tiempo en un claro equilibrio entre lo antiguo y lo moderno. No debemos olvidar, que los romanos tenían en gran estima a esta ciudad, y la designaron capital de Lusitania.


Es muy dificil caminar por Mérida y no darse de bruces con alguna estatua, edificio o resto histórico de importancia. Pese a que distintas civilizaciones invadieron la ciudad, la huella romana permanece hasta nuestros días. Los visigodos se establecieron en Mérida durante un siglo (siglo V), convirtiéndola en su capital más importante, pero no tardaron en caer ante ejército musulmán, en el año 713. Dado que el carácter de la civilización musulmana era adaptativo y no destructivo, la ciudad apenas sufrió cambios de importancia. 
Ya en el año 1230, la reconquista cristiana la hizo sucumbir y los musulmanes abandonaron aquellas tierras para siempre. 
Para rematar su importancia geo-estratégica, en la actualidad Mérida es la capital de Extremadura, en reconocimiento a su gran pasado histórico. 

Antiguo foro romano (templo de Diana)
El foro es un ejemplo de lo citado anteriormente. Con la llegada de la cultura musulmana el edificio se renovó manteniendo casi toda la estructura original, incluso mejorándola. Ahora es un enclave que atrae a los admiradores de ambas culturas. 



Uno de los mayores atractivos de la ciudad es su espectacular anfiteatro y su adyacente teatro. Claramente dividido, aunque en el mismo recinto, cada estructura es distinta y juntas, forman una gran megaestructura. 

Uno de los numerosos accesos que conectan las dos estructuras
En el anfiteatro, acontecían espectáculos con cierta regularidad, desde la lucha entre gladiadores, hasta peleas con animales. El diseño no es novedoso pero sigue siendo original, el graderío rodea casi todo el anfiteatro, y en la pista central existe una cavidad horadada en la roca donde se depositaban los materiales necesarios para los espéctaculos. 
en los extremos de la pista, pequeñas construcciones a modo de jaulas hacían de presentación a los gladiadores del día. 

Pista y foso de servicio
Panorámica (fuente:Wikipedia)
A simple vista, se sabe que el número de espectadores que asistían era elevado, pues este tipo de espectáculos atraía enormemente a los residentes y forasteros de la ciudad. 

Cavidades donde los gladiadores aguardaban su momento
En tiempos de hambruna y crisis, el imperio romano abogaba por la política de "pan y circo", es decir, alimento de baja calidad y muchos espectáculos para obviar la política. Desgraciadamente, esta forma de política ha perdurado por los siglos de los siglos y se ha conservado mejor que los monumentos. 


 Dejando a un lado la política, es un inmenso placer pasear por el anfiteatro y descubrir sus "escondrijos" no tan secretos. 
Entre las estructuras principales (anfiteatro y teatro) hay una zona que no debemos olvidar prematuramente, pues el enlace está colmado de jardines, estatuas rescatadas por los arqueólogos y otras muchas piezas recuperadas. 

Jardines y restos arqueólogicos (el teatro como fondo)
El ayuntamiento de Mérida se encarga de las visitas guíadas (muy instructivas) y del mantenimiento de los edificios y los jardines. Si en el resto de edificios históricos tuvieran la misma consideración, algunas ciudades podrían duplicar sus visitas de los amantes de la cultura antigua. 


No tengáis prisa en a la hora de ver esta zona, pues siempre os quedará algo por descubrir que a primera vista pasará desapercibido. 
Y ya por fín, el plato fuerte del complejo: El teatro.

Fotografía: Ayuntamiento de Mérida
Aunque restaurado parcialmente (especialmente la zona del graderío), el teatro sigue brillando con luz propia. Las grandiosas columnas, las arcadas sin fin, los pasadizos semisubterráneos y las formas geométricas perfectas convierten el lugar en un sitio mágico. 
En ocasiones, el teatro vuelve a la vida en su forma natural, desarrollándose en él un sinfín de actuaciones y festivales conocidos mundialmente. Esa gran fiesta atrae numerosos visitantes, y no es para menos. 


Cualquier rincón, cualquier ángulo, es bueno para hacer una fotografía en este lugar. 

Imagen del exterior
Evidentemente, la ciudad rebosa historia. Basta con dar un paseo por la urbe para ver la ingente cantidad de excavaciones que están en proyecto,en proceso o ya terminadas. La lucha entre el ladrillo nuevo y la historia de la ciudad se vive en cada esquina, con resultados dispares. Aun así, la ciudad sigue creciendo en cuanto a patrimonio cultural e histórico año a año. 

Arco de Trajano
Un pequeño error histórico, hizo que este arco se atribuyera a Trajano, cuando en realidad era del emperador Tiberio. Con sus casi catorce metros de alto no pasa desapercibido. 

Una de las múltiples excavaciones de la ciudad
Otro gran punto de interés turístico es el gran puente romano (el más largo de la antiguedad) que a base de distintas remodelaciones aún conserva su fisonomía antigua. 

Parte del puente romano
Como se observa en la fotografía, las estructuras antiguas se solapan con las modernas. 


El puente, además de conservar su valor histórico, ofrece privilegiadas vistas de los sotos y su entorno. 


Un dato relevante es que la calzada romana "Vía de la plata" atravesaba este antiguo puente y conectaba importantes ciudades como Toletum (Toledo), Olissipo (Lisboa) o Cesaraugusta (Zaragoza). 
A orillas del Guadiana, junto al puente, nos encontramos con otro gran enclave de la ciudad: la Alcazaba.
La Alcazaba fue construida por Abderramán II en el año 805. Básicamente, su tarea era defensiva. Desde su privilegiada posición podía controlar las dos orillas del Guadiana y repeler cualquier ataque. 



Sus murallas, de diez metros de altura, eran lo suficientemente altas y gruesas para hacer sentir a salvo a sus moradores, aunque finalmente sucumbió en la reconquista cristiana. 
En sus profundidades, y tras distintas excavaciones, se han encontrado restos de calzadas romanas y una antigua puerta que defendía el puente de amenazas externas. 

Muros de la Alcazaba
Aunque más moderna, la Alcazaba no está exenta de historia, multitud de civilizaciones la han utilizado con diferentes fines, incluso en la era cristiana fue usada como sede del Priorato de San Marcos de León. 
En su interior todavía quedan los restos de un gran aljibe de agua. Unas escaleras nos conducen al subsuelo que se halla parcialmente anegado por aguas procedentes del río. 

Entrada al aljibe
Y en una ciudad casi enteramente romana, no podía faltar su estructura preferida: el acueducto. 


Aunque gran parte del acueducto transcurría bajo tierra por agujeros horadados en la roca, parte de la zona emergente se conserva en los alrededores de la ciudad. En total, 12 kilómetros de construcción que abastecían a la ciudad y sus alrededores de agua limpia y potable. 
En el interior de la ciudad, todavía quedan restos del trazado original, pero su fisonomía cambía mucho respecto al original. 




Las legiones romanas "jubiladas" debían de gozar de un alto nivel de vida, puesto que tenían a su disposición enclaves para todos los gustos y bolsillos. Otro de los puntos de interés es el circo. 
El circo consiste en una larga pista de arena con forma ovalada donde las cuádrigas disputaban carreras a gran velocidad. Todo el trazado está rodeado de graderios de tamaño mediano de los cuales aún se conservan zonas en buen estado, aunque a nivel general está muy degradado. 

Aún se aprecian con claridad los restos de la pista


Vista desde uno de los extremos

Vista panorámica


Es muy fácil dejarse sugestionar por una ciudad con tanta historia y tantos centros neurálgicos tan bien conservados que nos hacen ensimismarnos e impregnarnos de historia. 
Como diría Julio Cesar: Vine vidi vici.







                           






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