jueves, 4 de enero de 2018

Biarritz (Francia). Una ciudad para tod@s.


Biarritz, una localidad francesa situada a escasos veinte kilómetros de la frontera española, cambió sus tradicionales artes pesqueras, por el lujo y la opulencia en el siglo XIX. La esposa de Napoleón III, la Emperatriz Eugenia, mandó construir un palacio y atrajo a las grandes élites de la sociedad de la época a las supuestas aguas terapeúticas de la zona. Finalmente, el pueblo ballenero acabó reconvirtiéndose a principios del siglo XX en un balneario reservado a grandes fortunas, y el lujoso palacio, fue reconvertido en un hotel, que a día de hoy, conserva el lujo de la época. 
Al parecer, los arquitectos y autoridades de San Sebastián, quisieron imitar el estilo de la pequeña localidad francesa para la construcción de su nueva ciudad.



Pese a su pasado lujoso, hoy en día Biarritz se muestra como un lugar hospitalario a todo tipo de bolsillos. Ubicado en el conocido como País Vasco francés, es uno de los destinos más afamados y conocidos en el mundo del surf, debido a sus fuertes corrientes que generan olas de tamaños nada despreciables. 


Cientos de surfistas "esperan" la ola perfecta.
Con solo levantar la mirada, Biarritz muestra todos sus encantos. Calles estrechas plagadas de curvas flanqueadas con enormes rocas naturales dan paso a una ciudad ordenada, limpia, y con construcciones de gran belleza. El antiguo palacio, hoy conocido como el Hotel du Palais, es uno de los edificios más vistosos de la ciudad, debido a su envergadura y a sus llamativos colores.

Hotel Du Palais

Aún quedan muchos restos de la antigua tradición ballenera y pescadora. Aprovechando la irregularidad del terreno rocoso que penetra en el agitado mar, se levanta el monumento a la Virgen (Rocher de la Vierge). Este emplazamiento daba supuestamente protección a los bravíos marineros que se hacían a la mar, aunque por el número de cruces instaladas en las rocas adyacentes parece que no todos gozaban de dicha protección. 

Rocher de la Vierge (vista general)
Al monumento se accede por una serie de pasarelas metálicas y de madera en un estado óptimo de conservación. 
  
Rocher de la Vierge
En 1850, la población de Biarritz apenas sobrepasaba los 2000 habitantes, mientras que en la actualidad cuenta con más de 25000, debido a la expansión de la ciudad, quedó unida a las localidades de Anglet (a la que actualmente pertenece) y a Bayona, otra de las ciudades monumentales de Francia. 

Puerto y bahía de Biarritz
Desde la Rocher de la Vierge hasta el extremo norte de Biarritz se extiende una bahía arenosa circundada por edificios señoriales, hoteles y casinos. Frente al puerto, la iglesia Notre-Dame du Rocher, preside desde las alturas el pueblo viejo y el puerto. 



Como curiosidad, saber que no es la única iglesia edificada en Biarritz. Una discreta pero elaborada iglesia Ortodoxa se camufla entre las viviendas de la zona nueva. 

Iglesia Ortodoxa
Si seguimos nuestro camino en dirección norte, recorreremos la zona residencial más moderna de Biarritz. Calles anchas, limpias, y jardines bien cuidados son la nota predominante. Pasada esta zona, casi en las afueras de la ciudad, nos encontraremos con uno de los sitios imprescindibles de nuestra visita: el faro.


Esta construcción, que servía y sirve de orientación a los navegantes, nos proporcionará, tras subir un gran tramo de escaleras, unas vistas impresionantes de la ciudad y su entorno. 


Pese a que su altura no es muy elevada, su situación privilegiada elevada sobre el mar nos dará una estupenda visión global de la localidad por un precio más que adsequible. 


Sistema de iluminación del faro
Una vez completada la visita al faro podemos volver a la zona del puerto y pasear entre sus calles, la oferta turística es variada. Gastronomía, surf y museos dedicados al mar y sus oficios son otros de los atractivos de esta localidad francesa. Cabe destacar "Citté de l´Ocean", un acuarium con mucha variedad de especies pese a su en apariencia reducido tamaño. Posee una gran colección de taxidermia y conservación marina, aparte de los habituales tanques llenos de diferentes especies del mar.


Las focas, son las grandes estrellas del complejo, haciendo las delicias de niños y no tan niños. 


Aunque estos animales deberían de estar en libertad, el personal del centro les da un buen trato y se esmera en cubrir sus necesidades.  
Si nos acercamos a la playa, debemos extremar las precauciones, más en los días de fuerte oleaje, puesto que la orografía de la costa hace que se creen fuertes corrientes que nos pueden dar un buen susto. 


Ya quieras jugar en un casino, surfear una buena ola, o simplemente pasear, Biarritz es tu sitio. 


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