jueves, 3 de octubre de 2019

Búnkeres de Capbretón (Francia), el cañón que apuntaba al mar.

El 1 de Septiembre de 1939, estallaba en todo el planeta un conflicto global. Se trataba de la II Guerra Mundial, cuyos campos de batalla se producirían en Europa, Africa, incluso en el continente asiático.
Por un lado, se enfrentaban Alemania, Italia y Japón, mientras que el otro bando estaba configurado por una alianza cambiante, siendo sus mayores defensores la Unión soviética, Inglaterra y EEUU (aunque se incorporó con la guerra muy avanzada ya en 1942). Otros países también se sumaron a esta amalgama de frentes abiertos colaborando en mayor o menor medida.
En 1940, Francia comenzaba a caer en manos de la Alemania nazi. Con un país sucumbiendo ante el poderío bélico germano, el estado mayor francés, decide no oponer más resistencia, y a cambio de no entregar las colonias galas extendidas por todo el mundo, el país pasa a ser "pasivo" ante el avance nazi. Esta circunstancia permitió un armisticio que dejaría partido en dos al país galo. La zona este y las colonias seguirían siendo propiedad francesa, pero la zona oeste caería en manos alemanas.
Además, los líderes franceses, prometieron obediencia a Hitler y entregaron armas, provisiones, incluso fugitivos de la Alemania ocupada a cambio de no caer completamente como nación.

Así quedo el país tras el armisticio. Fuente: Wikipedia
Hitler, consiguió de esta manera un doble objetivo. Por un lado cortaba una posible alianza marítima entre Francia e Inglaterra, partiendo en dos el frente aliado. Por otra parte, consiguió establecer un corredor seguro entre los territorios ocupados por sus ejércitos y España, donde Franco colaboraba activamente con los ocupantes. De hecho, en Octubre de 1940, se produce una entrevista a bordo de un tren entre Hitler y Franco, supuestamente para tratar de sumar a España en la contienda, pero las exigencias de Franco eran muy elevadas, y la reunión fue infructuosa en este sentido. A pesar de todo, Hitler no salió con las manos vacías, puesto que consiguió apoyo de la dictadura franquista traducido en productos manufacturados y materias primas dedicadas a la industria bélica.
La reprocidad entre Alemania y España queda completamente asegurada en varios compases de la contienda mundial, pese a que la nación española estaba muy mermada tras la recién finalizada guerra civil. 
Desde el primer momento, Hitler mostró su preocupación por una invasión aliada sobre las costas francesas, de manera que blindó completamente la costa con un reguero de búnkeres y otras infraestructuras destinadas a defender las tierras recién ocupadas. La sucesión de áreas fortificadas fue un proyecto ambicioso, puesto que cubrió casi todos los territorios que apuntaban al mar. De hecho, su nombre hacía alusión a su envergadura: El Muro Atlántico. 

En verde, las zonas protegidas por el Muro Atlántico
La red de búnkers, se extendía desde España hasta los países bálticos, lo que dificultaba los ataques que se producían desde Inglaterra y otros territorios de ultramar.
La red de 15000 edificios de hormigón, fue edificada en un tiempo récord, y servía además para enfrentarse a los peligros de los ataques aéreos, además de su labor de vigía ante los peligros en forma de buques. Más de 1 millón de personas colaboraron en la construcción, lo que dio celeridad al proyecto. 
En Francia, a escasos kilómetros de España,en la zona conocida como el "País Vasco francés", nos encontramos con uno de sus emplazamientos más conocidos: Capbretón. 
En la playa de "La Piste" de la ciudad gala, aun quedan los restos de los enormes bloques de hormigón, que se encuentran diseminados por toda la costa. 

Búnker listo para el combate en la playa de Capbreton
Evidentemente, el paso del tiempo ha hecho que los gigantescos refugios se hayan ido deteriorando poco a poco, y debemos recordar que durante la retirada nazi, los propios soldados alemanes, volaron todas las estructuras defensivas, para que no fueran empleadas en su contra. 

Así están hoy en día
Esta playa, una de las imprescindibles para el mundo del surf, tiene una buena mezcla de historia, paisaje y encanto. El viento constante, predominante en la zona de las Landas, favorece la aparición de mareas vivas y fuertes oleajes, que rompen sin descanso sobre las viejas estructuras bélicas.


Como podemos apreciar en las imágenes, los búnkeres no se encuentran en su alineación ni posición original. Las demoliciones controladas y las mareas, han ido modificando su emplazamiento, incluso volteándolos de manera caprichosa. 

Un gigantesco búnker se hunde poco a poco en el mar
La arena, es otro factor determinante, pues va enterrando los restos lenta pero inexorablemente. Probablemente, la playa y las zonas cercanas se encuentren plagadas de restos y material militar.
A pesar de todo, los construcciones fortificadas aun denotan grandeza en lo que a su construcción se refiere. Su robustez y solidez todavía son palpables en la actualidad. 
Si queremos visitarlos, tendremos que tener en cuenta la actividad de las mareas, puesto que con la pleamar, muchos de ellos quedan completamente sumergidos. 
En varios de estas moles todavía es posible entrar, siempre con las debidas precauciones. 

La garita de vigilancia sigue mirando al mar
Aunque el esfuerzo para la construcción de estas estructuras fue considerable, en cierta manera, solo sirvió como arma de disuasión, puesto que el esperado desembarco aliado no se produjo aquí, sino a miles de kilómetros. Finalmente, el ataque se produjo en la playa de Omaha, que fue testigo del desembarco de miles de aliados, lo que propició el principio del fin del bando nazi. Estas playas, fuertemente defendidas, están situadas frente a Inglaterra, en el noroeste francés. 
La visita a estas playas nos tiene que hacer recapacitar. ¿Por qué el ser humano ha derrochado tantos recursos, no solamente económicos en destruirse mutuamente?. Lamentablemente, si todo el dinero y las vidas empleadas durante las sucesivas guerras que nos persiguen hasta la actualidad se hubiera invertido en fines evolucionistas, parte de la historia hubiera cambiado (a mejor). 



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